
El Rolls-Royce Phantom es uno de los coches más vendidos de la histórica marca británica. Fue el primer modelo desarrollado por BMW, la actual dueña del fabricante inglés, y supuso toda una revolución. De 2003 a 2017, Rolls-Royce fabricó 10.327 unidades del Phantom en todas sus versiones, incluyendo 2.186 ejemplares de las versiones descapotable y coupé de dos puertas.
Hubo toda clase de versiones, con chasis largo y corto, series especiales y varios modelos one-off. Y si bien este Phantom japonés con el mítico motor ‘2JZ’ del antiguo Toyota Supra es también único, no es un one-off de la marca, sino de un loco absolutamente maravilloso de Tokio, Yajima-san.
La mitad de motor, pero el doble de potencia
Yajima-san compró su Rolls-Royce nuevo en 2008. Lo usó tanto a nivel profesional como personal durante casi una década, explica en una entrevista con Tokyo Tuner. Hasta que un día, el V12 de 6.75 litros y 450 CV tuvo una avería. La solución que ideó Yajima-san fue instalar un motor de Toyota Supra en lugar del V12 BMW.
¿Por qué instalar un motor de sólo 6 cilindros y más antiguo en lugar del V12? La rotura del V12 es el tipo de avería que si bien es costosa, no lo es tanto para alguien que se compró un Phantom nuevo y que poseía en ese momento, además, un Nissan GT-R y un Volkswagen Passat R36. Tampoco se debe a que Rolls-Royce le ignoró, pues la marca no ignora a un cliente que le compró un coche nuevo.
La razón, según cuenta el propio Yajima-san es que lo vio como una oportunidad de crear un coche más personal, pero también un coche más potente y con un motor más fácil de arreglar que el complejo V12.
Así, en lugar de cambiar el V12 roto por uno nuevo, lo sustituyó por un 6 cilindros en línea biturbo de origen Toyota. Sí, el ‘2JZ’ hecho famoso por la primera (y la única que vale realmente la pena) entrega de 'Fast & Furious'.
El motor de seis cilindros se ha modificado exhaustivamente con bielas y pistones forjados HKS y se ha complementado con un turbo HKS T88 asociado a un compresor volumétrico GReddy. En total, Yajima-san cree que el motor entrega más de 700 CV -se habla de casi 900 CV-, todos enviados a las ruedas traseras a través de una transmisión reforzada.
El taller de tuning parece haber hecho un trabajo impecable a la hora de montar el motor, pero en el habitáculo se aprecian ahora un pequeño cuadro de instrumentos digital añadido que desentona con el resto del salpicadero. No obstante, no cabe duda de que este Phantom podría superar a todo lo que ha salido de la fábrica de Rolls-Royce.
Imágenes | Tokyo Tuner, Albon, Barrett-Jackson